Una lectura sensata de la situación
Los desarrollos mismos del proceso de paz, así como los
reiterados gestos de nuestra parte, hicieron evidente para todos que había que
bajarle intensidad a la confrontación. Vigente el cese el fuego unilateral,
reconocido por todos los sectores, salvo la extrema derecha enferma de odio,
correspondía al gobierno nacional dar el paso correspondiente, y Santos lo
hizo.
Aunque de un modo ambivalente. Suspender los bombardeos aéreos y
al mismo tiempo ordenar la intensificación de las operaciones terrestres
resultaba peligroso en extremo. Como quedó demostrado con los hechos de Buenos
Aires, Cauca. La patrulla golpeada allí hacía parte de un amplio despliegue de
fuerza, en desarrollo de una operación ofensiva, no cabe duda de eso.
Aquellos desafortunados sucesos ocurrían en forma paralela a los
encuentros entre los mandos militares de las dos fuerzas, en los que se buscaba
perfeccionar fórmulas de desescalamiento, que, entre otras cosas alentaban
seriamente las esperanzas. El acuerdo de descontaminación del territorio de
artefactos explosivos era apenas el primero de ellos. Lo de hoy es, pues, un
franco retroceso.
La extrema derecha, con amplio eco en la gran prensa, la cual
tampoco se muestra proclive al éxito de las conversaciones, disparó con todo su
furor contra los avances alcanzados.
Sin desconocer sus indecisiones, incoherencias y desaciertos, es
evidente que hay una campaña de desprestigio contra el gobierno de Santos
dirigida a debilitarlo y obligarlo a romper el proceso de paz.
La guerra misma tiene sus dinámicas, que son así, cruentas y
dolorosas. Hablar de guerra es hablar de muertos, heridos, desmembrados, sin
mencionar los terceros afectados, lo que parecen olvidar muchos de sus
apologistas. Y eso vale para los dos bandos enfrentados. Hoy lloramos nuestros
muertos, del mismo modo que lloran los suyos nuestros adversarios.
Y es por eso que buscamos ponerle fin con los diálogos de La Habana. No nos parece
válido que si hablamos de reconciliación y pretendemos alcanzarla, se esté a
toda hora culpándonos como únicos responsables de los desastres bélicos,
presentándonos todo el tiempo como el bando de los malos, asignándonos siempre
el rótulo de narcotraficantes y criminales.
Lo mismo que emitiendo a diario en público la orden de
intensificar la ofensiva, de no dar ningún tipo de respiro, de presionar hasta
conseguir la firma en la Mesa
de lo que se supone debe ser producto de un acuerdo civilizado y no de una
imposición. Nuestro proceso de paz debe ser original, no se trata de reproducir
aquí fórmulas de otros lares.
Insistimos en perseverar, por encima de todas las dificultades.
Así como en asegurar que la regla de negociar en medio de la confrontación
amenaza echar todo a la estacada. Si realmente queremos que esto marche hacia
el éxito, debiéramos considerar con toda seriedad la posibilidad de pactar un
armisticio, una tregua o un cese bilateral de fuegos, como se quiera llamarlo.
Confiamos en el papel que el doctor Luis Carlos Villegas, amplio
conocedor del proceso, puede jugar al interior de las Fuerzas Armadas, al
tiempo que lamentamos que el relevo en la cartera de defensa, un hecho de
positivas repercusiones para la
Mesa , tenga que coincidir con el actual grado de agudización
bélica. Queremos interpretar este enroque como un aliento a los diálogos en
curso.
En este gesto y los refuerzos oficiales para la Mesa , leemos un mayor
compromiso del Presidente con la búsqueda de entendimientos. Gonzalo Restrepo,
una de las voces más representativas del sector empresarial y petrolero, y la
canciller María Ángela Holguín, llegan desde hoy a la Mesa de Conversaciones. Su
peso y jerarquía contribuirán a vencer muchas prevenciones.
Los países garantes del proceso de paz, Cuba y Noruega, han expresado
su preocupación por el escalamiento de la confrontación e invitado a ambas
partes a esforzarse por salvar la negociación. En el mismo sentido se ha
expresado la Unión
Europea. Creemos que la experiencia diplomática de la
canciller Holguín puede incorporar la dosis de tranquilidad necesaria.
Bienvenida.
TIMOLEON JIMÉNEZ
Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, 29 de mayo de 2015
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